domingo, 2 de marzo de 2014

La motivación en el trabajo, de nuevo (2).


Un segundo aspecto, a considerar, viene definido por las características de las situaciones que nos atraen. A. C. Daniels (1993) al comparar el trabajo con el deporte, establece porqué un deporte como el juego de bolos (o el futbol), puede ser tan gratificante para las personas:

Están definidas las responsabilidades específicas de cada uno de los jugadores.

Se práctica el Trabajo en Equipo: los miembros del equipo se ayudan entre sí.

Se proporcionan resultados medibles (el marcador de la partida está presente en cada momento).

Existen metas retadoras pero alcanzables. Aunque la meta sea ganar el partido, existen metas intermedias, como meter un gol.

Hay una retroalimentación inmediata. Se puede ver cual es el desempeño de cada jugador en cada momento, su posición y qué dirección debe seguir para mejorar.

Los jugadores reciben refuerzos positivos por parte de los compañeros, de los aficionados y de los entrenadores. Se aplaude, se felicita y se celebran de muchas maneras. ¿Es este el aspecto más ausente den le trabajo?.

Se enfatiza sobre el comportamiento. No solo se refuerza el resultado, sino el comportamiento que conduce al resultado (una buena jugada...).

En el trabajo, pasamos más de la tercera parte de nuestra vida. Si no estamos satisfechos con lo que hacemos, estamos deteriorando nuestra calidad de vida, nos sentimos irritados, resentidos y frustrados. El sentimiento de dar algo de uno mismo sin recibir algo equivalente a cambio, consume nuestra energía, socava nuestras motivaciones y nos empequeñece.

En cambio, un trabajo con el que disfrutamos, compromete nuestras pasiones además de nuestras habilidades personales. Quien es feliz en el trabajo y disfruta de él, tiene más probabilidades de ser feliz fuera del trabajo y de amar la vida en su totalidad.

Pero, ¿Es posible disfrutar con nuestro trabajo?.

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