sábado, 7 de julio de 2012

Un poco de ciencia en un mundo color salmón


Existe una importante brecha entre lo que ocurre en el ámbito académico y lo que ocurre en el mundo profesional.

Por ejemplo, los profesionales dan menos importancia a factores como la inteligencia o la personalidad a la hora de utilizarlos como predictores del rendimiento, cuando las recomendaciones derivadas de las investigaciones realizadas sobre su eficacia apuntan lo contrario. Otros ejemplos de resultados de investigaciones que desafían muchas de las erróneas creencias que guían nuestra actuación profesional muestran que establecer metas es más efectivo para mejorar el desempeño que la participación de los empleados en la toma de decisiones o que la paga es mas importante para los empleados que lo que dicen ellos en los cuestionarios.

Estas diferencias entre lo que nos dice el sentido común y lo que ofrece la investigación, nos puede conducir a que en muchas ocasiones apliquemos en las organizaciones técnicas o procedimientos que a pesar de lo que creemos, no resulten ni útiles ni válidos.

Existen varias razones que explican estas diferencias.

Una de ellas es que los profesionales de los RRHH, tienen poco tiempo (o ¿poco interés?) para revisar los miles de artículos sobre negocios y management diseminados por las cientos de revistas especializadas.

Otra razón, es que los profesionales y los académicos tienen diferentes intereses y prioridades.

Los primeros, están centrados en metas a corto plazo (la solución de problemas y en que se hagan las cosas a tiempo) y no toleran la ambigüedad producida por no tener las cosas claras, es decir necesitan soluciones concretas. Tampoco les preocupan los mecanismos de funcionamiento de los tests y demás herramientas; solo les interesa que funcionen y que produzcan resultados y beneficios. En cambio, los académicos están centrados en metas a largo plazo como realizar investigaciones que a lo largo de los años puedan culminar en alguna publicación.

Tampoco coinciden en los temas en los que están interesados cada uno de ellos. Así, por ejemplo, los problemas relacionados con la compensación interesan mucho a los profesionales pero muy poco a los investigadores, de forma que aquellos evitan leer estudios que sean demasiado teóricos. Por su parte, los investigadores están muy influidos por la estructura académica de refuerzos que dirige sus carreras que dependen del número de publicaciones en revistas de impacto científico y por las que una vez publicadas, no reciben ningún tipo de recompensa si ofrecen sus resultados al gran publico. Por ello, la mayoría solo investiga si se va a publicar, lo que dependerá de los intereses de los editores cuya coincidencia con los intereses de los profesionales no siempre se produce.

Además, el tipo de gap entre los profesionales, y los investigadores no ha sido igual en todos los temas. Así por ejemplo ha sido mayor en aspectos relacionados con la compensación y retribución y menor en otros como desarrollo o selección.

Por tanto, la existencia de estas diferencias no solo no es baladí, sino que es conveniente que vaya desapareciendo puesto que la evidencia ha demostrado, que los managers de recursos humanos que siguen los principios basados en la evidencia están mejor posicionados para optimizar el éxito de sus organizaciones y que estas diferencias son menores conforme aumenta el tamaño de las organizaciones y la cualificación de los responsables de recursos humanos (Colbert y Brown, 2002; Deadrick, 2009).

Creemos que es necesario crear secciones en las publicaciones tradicionales y digitales que sirvan de puente entre ambos aspectos de la realidad, el profesional y el académico, con la finalidad de que los primeros puedan aprovecharse en el ejercicio de su profesión de los hallazgos aplicados encontrados por los segundos.

La investigación aplicada, según los expertos, debe ser: rigurosa, relevante e inteligible. Como esto no siempre es así, puesto que la mayoría de los trabajos son rigurosos pero o bien irrelevantes o bien ininteligibles (y extensos), lo que intentaremos con los posts de este blog, es ofrecer estudios seleccionados según su relevancia en un lenguaje entendible y en un formato resumido, de modo que el profesional pueda tras una lectura fácil y rápida, extraer al menos una conclusión aplicable a su realidad inmediata, que es la parte difícil del éxito, llevar las acciones a la práctica. Sin duda, el avance vendrá de una mezcla de las prácticas de gestión de los profesionales y de la investigación aplicada.

De esta forma, se pretende evitar que los profesionales se nutran de los consejos de los gurus que ofrecen soluciones atractivas “takeaway” descritas en sus bestsellers, pero sobresimplificadas y no basadas en evidencias sólidas, que si se toman en grandes dosis como pasa con la “fast food”, resultan perjudiciales a medio plazo.

Referencias.

Colbert y Brown (2002). HR professionals, Beliefs about effective HR practices: correspondence between research and practice.

Deadrick, D. (2009). Revisiting the research-practice gap in HR: a longitudinal analisis. HR Management review.

Grossman, R. (2009). Close the gap between research and practice. HR Magazine.

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