La productividad personal y del equipo (productivy-team) es el eje de los
resultados que nos conduce al éxito profesional.
La esencia de la productividad es actuar, pero para
garantizar la eficacia rentable de
nuestras acciones (eficancia), es
necesario reflexionar. Pensar antes de actuar, constituye el fundamento de la
acción altamente productiva, es el aceite que engrasa la acción con el
resultado. Pre-actuar, pro-actuar y co-actuar son los componentes de la acción
productiva.
Para no olvidar esta importante fase previa a la
acción proponemos una lista de chequeo, que constituye la esencia de una nueva
disciplina ejecutiva: la pragmasofía (productividad
con fundamento), uno de cuyos principios básicos es que no podemos gestionar el
tiempo, solo lo que hacemos con las tareas. Por ello deberíamos cuestionarnos
críticamente lo que hacemos y plantearnos preguntas disruptivas como las que
siguen:
1.
¿Es algo esencial o puede
esperar? (no olvides la regla 20/80).
2.
¿Puedes simplificar, abreviar o reducir algo?.
3.
¿Lo puedes hacer/organizar de otra manera? (flexibilidad/innovación)
4.
¿Necesitas compartir/comunicar algo con alguien para poder llevarlo a
cabo?. (asertividad)
5.
¿Puedes delegar aunque sea horizontalmente?
6.
¿Puedes utilizar recursos invisibles (alternativos)?.
7.
¿Hay algo que puedas automatizar (utilizando alguna tecnología)?. (Crea
tu propios hábitos).
8.
¿Tienes el estado de ánimo adecuado para actuar?. (humor positivo).
9.
¿Tienes la energía suficiente para poder abarcar el proyecto/tarea en
su totalidad y persistir?. (alimentación, forma física, descanso).
10.
¿Qué esperas para actuar?. (No procrastines).
Recuerda,
comienza por tragarte el sapo más gordo pero mira antes también que no sea solo
el más grasiento…