La investigación ha demostrado que el liderazgo
afecta al rendimiento organizacional, teniendo más peso en el mismo que
cualquier otra variable (Burke and Litwin, 1992). Incluso su impacto está
aumentando en la empresa actual. Los cambios en el entorno
neo-económico (globalización,
interconectividad, conocimiento, velocidad y nuevas formas de competir), están dando lugar a tendencias que tienen
profundas implicaciones para los líderes de todas las organizaciones (Jaworski y Scharmer, 2000). Los diferentes
ejecutivos de las compañías que quieran estar delante, han de jugar un papel
clave en el éxito de las mismas, al tener que adaptar estas nuevas reglas al
mundo de los negocios.
Por otro lado, el desarrollo directivo, no es un
concepto fácil de definir. Los diferentes modos de entender y conceptualizar el
liderazgo dificultan la tarea de delimitar su objeto de estudios. Donde ha sido más facil encontrar consenso, es en
la necesidad por parte de las organizaciones de desarrollarlo e invertir en él
(Day y Halpin, 2001). La American Society of Training and development (ASTD,
1995), informó que el 60% de las compañías Fortune 500 companies encuestadas en
1995 indicaron que el desarrollo directivo es una alta prioridad frente al 36%
de 1990.
El desarrollo de directivos para desempeñar éstos
nuevos roles es más importante que nunca y debe bajo nuestro punto de vista articularse en torno a los
siguientes cinco grandes requerimientos:
1.
Detectar el futuro, sin alejarse demasiado del presente. El pensamiento estratégico, es lo que diferencia
el liderazgo en las mejoras empresas (HAY GROUP, 2010). En este marco nos
parece de especial relevancia las conclusiones del estudio de Jaworski y
Scharmer (2000), sobre los principios y prácticas de los líderes de la nueva
economía. Según estos autores, para tener éxito en este entorno, los líderes
necesitan una nueva capacidad cognitiva, la capacidad de detectar y
actualizar las realidades emergentes. Para ellos, la principal competencia
es la anticipación. Mirar hacia el
futuro, requiere experiencia y creatividad, y determina el modo en que se
asumen los riesgos. Esta habilidad, que deberá modificar su orientación hacia
un enfoque más medio placista puede y debe ser desarrollada.
2. Centrarse en los resultados, sin olvidar a las
personas. El
liderazgo ejecutivo está comprometido con crear organizaciones que tengan un
espíritu de alto rendimiento. Los atributos del
liderazgo centrado en resultados, que permitirán alcanzar dicho espíritu, se
agrupan en cuatro categorías (Ulrich,
Zenger y Smallwood, 1999): fijar el rumbo (visión,
clientes, futuro), demostrar carácter
personal (hábitos, integridad, confianza, razonamiento analítico), movilizar la dedicación individual
(hacer que otros se comprometan, compartir poder) y generar capacidad organizacional (formar equipos, gestionar el
cambio). Pero los nuevos
requerimientos competenciales del directivo, no deben venir solo de fuera, los empleados también tiene el poder
de decidir como debe ser el lider que los dirija: conocer a sus colaboradores, apostar por sus creencias, hablar con
pasión, liderar con el ejemplo y conquistarlos (Kouzes y Posner, 2003).
Para generar la confianza entre el líder y el seguidor y hacer que se logren
resultados extraordinarios es necesario desarrollar practicas como: Cmabiar el procesos, inspirar con una visión
compartida, facilitar que los otros actuen y modelar el modo de despertar sus
pasiones (Gordon, 2003).
3.
Innovar, sin perder el sentido de la realidad. La habilidad de una organización para innovar
se convierte en la ventaja competitiva de la actual economía global. La
necesidad de innovar es cada vez mayor y se está convirtiendo en la única
manera de sobrevivir y prosperar en la altamente competitiva y globalizada
economía en la que nos encontramos (David & Foray, 2003). Buscar nuevas formas de construir el expertise
flexible que es la fuente de innovacion, se está convirtiendo en una meta cada
vez más importante. Para ello, serán necesarias nuevas competencias más cercanas al campo de
lo cognitivo como pensar con originalidad, innovación, razonamiento inductivo y
deductivo y solución de problemas complejos (Uhalde and Strohl, 2006). Pero
la innovación sin sentido común no sirve. Tener “inteligencia práctica”
(Sternberg, 1996) o “buen criterio” (en el momento de tomar la decisión
adecuada) es considerado una de las cualidades esenciales del liderazgo que se
desarrolla en el tiempo y que incluye 3 áreas: las personas, la estrategia y la crisis (DeRose y Tichy, 2009).
4. Estar
permanentemente en acción, sin olvidar pararse a reflexionar. Los líderes del futuro tendrán que asumir la
complejidad y desarrollar las habilidades para manejarla. Gestionar
imprevistos, hacer frente a la diversidad o actuar globalmente, son solo
algunos ejemplos de esta complejidad, que debe ser dirigida a través del
trabajo colaborativo e interdependiente. En este escenario, se va a exigir
mayor rapidez, adoptar un enfoque multitarea y una mayor flexibilidad y
resistencia para manejar imprevistos. Pero para poder estar seguro de que las
acciones son las más adecuadas, esta acción permanente, debe combinarse con
fases de pensamiento, en las que se deje paso tanto a lo racional como a lo
emocional. Trabajar conectado (networking) gracias a las posibilidades de las
nuevas tecnologías de la información, permitirá aprender de una manera más
veloz y pasar de acumular conocimiento operativo a compartir conocimiento tácito. La posesión de una gama cada vez más extensa de competencias
(basta con echar un vistazo a los repertorios de Day y Halpin (2001), Lombardo
y Eichinger (2003) o Zenger y Folkman, (2008)), será condición necesaria para
triunfar como directivo.
5. Crear y
vender una marca de liderazgo. Una marca de liderazgo, representa la identidad
y reputacion de los líderes en una compañía. Pensar en el liderazgo como una
marca servirá de input para la eficacia directiva en la creación de un
liderazgo sostenido y consistente (Ulrich y Smallwood, 2004). Aquellas
compañías que producxen lideres eficaces que les permiten diferenciarse de la
competencia, generalmente tienen una marca clara de liderazgo (la identidad de los líderes a través de una
organizacion que conecta las expectativas de los clients y empleados con el
comportamiento organizacional (Ulrich y Smallwood, 2007)). El lider
integrador, visto como alguien que reproduce multiples perspectivas, que conecta conscientemente estas
perspectivas y que aplica una variedad de habilidades para establecer nuevas
direcciones, opciones y soluciones para su oorganización, puede ser un buen
modelo para empezar a crear esa marca de liderazgo.
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