Un segundo aspecto, a considerar, viene
definido por las características de las situaciones que nos atraen. A. C.
Daniels (1993) al comparar el trabajo con el deporte, establece porqué un
deporte como el juego de bolos (o el futbol), puede ser tan gratificante para
las personas:
Están definidas las responsabilidades específicas de cada uno de los jugadores.
Se práctica el Trabajo en Equipo: los miembros del equipo se ayudan entre sí.
Se proporcionan resultados medibles (el marcador de la partida está presente en cada momento).
Existen metas retadoras pero alcanzables. Aunque la meta sea ganar el partido, existen metas intermedias, como meter un gol.
Hay una retroalimentación inmediata. Se puede ver cual es el desempeño de cada jugador en cada momento, su posición y qué dirección debe seguir para mejorar.
Los jugadores reciben refuerzos positivos por parte de los compañeros, de los aficionados y de los entrenadores. Se aplaude, se felicita y se celebran de muchas maneras. ¿Es este el aspecto más ausente den le trabajo?.
Se enfatiza sobre el comportamiento. No solo se refuerza el resultado, sino el comportamiento que conduce al resultado (una buena jugada...).
Están definidas las responsabilidades específicas de cada uno de los jugadores.
Se práctica el Trabajo en Equipo: los miembros del equipo se ayudan entre sí.
Se proporcionan resultados medibles (el marcador de la partida está presente en cada momento).
Existen metas retadoras pero alcanzables. Aunque la meta sea ganar el partido, existen metas intermedias, como meter un gol.
Hay una retroalimentación inmediata. Se puede ver cual es el desempeño de cada jugador en cada momento, su posición y qué dirección debe seguir para mejorar.
Los jugadores reciben refuerzos positivos por parte de los compañeros, de los aficionados y de los entrenadores. Se aplaude, se felicita y se celebran de muchas maneras. ¿Es este el aspecto más ausente den le trabajo?.
Se enfatiza sobre el comportamiento. No solo se refuerza el resultado, sino el comportamiento que conduce al resultado (una buena jugada...).
En el trabajo, pasamos más de la tercera
parte de nuestra vida. Si no estamos satisfechos con lo que hacemos, estamos
deteriorando nuestra calidad de vida, nos sentimos irritados, resentidos y frustrados.
El sentimiento de dar algo de uno mismo sin recibir algo equivalente a cambio,
consume nuestra energía, socava nuestras motivaciones y nos empequeñece.
En cambio, un trabajo con el que
disfrutamos, compromete nuestras pasiones además de nuestras habilidades
personales. Quien es feliz en el trabajo y disfruta de él, tiene más
probabilidades de ser feliz fuera del trabajo y de amar la vida en su
totalidad.
Pero, ¿Es posible disfrutar con nuestro trabajo?.
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